Motín en el penal más peligroso de Paraguay y ahora quedan ocho rehenes

Presos alojados en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, la más grande de Paraguay, se amotinaron hoy sin que aparecieran con claridad sus reclamos, y mantenían como rehenes a un grupo de agentes y a una treintena de mujeres que estaba de visita en el lugar, aunque garantizaron que no se les haría daño.

Al caer la noche, grupos de cascos azules despejaron las puertas del penal, donde familiares de los reos hacían un cordón para evitar el ingreso de fuerzas de seguridad.

Desde adentro, mientras muchos presos se dejaban ver en los techos, como muestra de que controlaban el penal, otros prendieron fuego colchones también con el objetivo de evitar la entrada de policías desde afuera.

“Más o menos hay 30 mujeres de visita y 10 compañeros que están de guardia. Están adentro, no pueden salir; prácticamente es como estar de rehén. Ellos no los tocan a los guardias, no van a tocar a las mujeres. Es la palabra que tenemos de ellos”, reveló un policía que se identificó como José Espíndola, a modo de vocero.

Entre los retenidos está el director del penal, Adán González Álvarez.

Más tarde, según el diario Última Hora, los reos liberaron a dos de los agentes retenidos, en principio en buenas condiciones, aunque igualmente fueron trasladados a un centro sanitario.

El funcionario dijo que en un primer momento los reclusos pidieron hablar con la prensa, pero después cambiaron de parecer y exigen la presencia del ministro de Justicia, Ángel Barchini.

Desde el interior del penal se difundió un video en el que se ve a los guardiacárceles en una pieza, algunos incluso tomando mate.

El origen de la revuelta es poco claro: a primera hora, un grupo de reclusos anunció una conferencia de prensa, aparentemente para desmentir una denuncia del ministro Barchini sobre el supuesto asesinato, dentro del penal, de un policía acusado de un crimen.

Barchini había especulado con la chance de que el suboficial de la Policía Nacional Oliver Lezcano hubiera sido asesinado y descuartizado por el llamado Clan Rotela, una poderosa organización criminal paraguaya.

Los internos divulgaron entonces un video del uniformado, fugado de la cárcel y desde la clandestinidad, en el que afirmaba que está con vida.

El viceministro de Política Criminal, Rodrigo Nicora, finalmente admitió en declaraciones radiales que Lezcano se había escapado.

No está claro ahora cuales son las pretensiones de los presos, y el ministro Barchini afirmó que “este es un tema que se resuelve en la Justicia” y remarcó que a su cartera y al Gobierno “no le van a manejar la agenda”.

“Estamos monitoreando y haciendo un seguimiento de todo lo que está ocurriendo. Obviamente con auxilio de la Fiscalía, los jueces. Esto es un tema que al final se resuelve en la Justicia y nosotros, como órgano custodio de las personas privadas de libertad, estamos trabajando en ese sentido”, señaló, según el diario Última Hora.

Explicó que se realiza un seguimiento “minuto a minuto” del motín y analizan con el servicio de inteligencia “cómo actuar para devolver la tranquilidad”.

“El descontrol que existe en la penitenciaría de Tacumbú, en un sector específicamente, manejado por clanes que están acostumbrados a hacer lo que quieren… Entiendan bien, comprendan bien: a este Ministerio de Justicia y a este Gobierno no le van a manejar la agenda”, advirtió.

El penal de Tacumbú está en un barrio de Asunción, aloja a cerca de 4.200 presos y es considerado uno de los penales más peligrosos del mundo.

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